sábado, 12 de junio de 2021

Cuando la realidad es mejor que tus sueños

No se cómo, pero estaba haciéndole masajes en un extraño sillón mientras ella miraba la televisión. De repente, empezaron a entrar personas, resulta que los conocía, eran los hermanos y unos amigos de el... Entonces la reconocí, ella era su madre. Estábamos charlando cuando el apareció a mis espaldas, como si nada, seguimos charlando animadamente... Sobre lo que había Sido de nuestras vidas en estos tantos años... (Cerca del 2015 fue la última vez que lo ví, creo). Entonces entró otro hombre, reconocí que era alguien que conocía, pero no sabía quién. Se lo dije... Se rió y me dijo "Iñaqui" me alegré y lo saludé efusivamente como tantas otras veces que lo ví. Seguimos charlando.. de repente estaba mi tía ahí, mencionando lo buen que le caía él... Al rato ví mi celular y tenía un mensaje de esa tía, me decía que ella me daba su lugar en el avión para que viajemos juntos (como diciendo "se nota que quieren estar juntos"), le dije que no gracias, que ya no había nada entre nosotros y no nos veíamos hacia tiempo. Hablamos incluso de su novia, y lo bien que estaba con ella, yo me alegré mucho porque él era feliz, y realmente estaba pasando un buen momento. De repente estábamos en un pasillo de la casa, con mis hijos, que tenia pisos negros con partes blancas... Y apareció una pequeña víbora blanca... No sé porque le tenía tanto miedo, alse a mis hijos a una y corrí por toda la casa dando una vuelta completa y llegando otra vez al mismo lugar, dónde estaba uno de sus amigos que me preguntó que me pasaba, me tranquilice, baje a mis hijos y los empuje para la sala, le dije que había una vivorita y la señalé, el llegó corriendo porque me vio asustada y la vio también, con su amigo trataron de agarrarla pero se había hecho una pelotita. Entonces salimos afuera, ya era la despedida, estaban muchos de sus amigos, mis 3 mejores amigas y mi esposo, cada uno salió para su lado, así que nosotros también nos despedimos con una sonrisa y oojos iluminados de amor y cariño. Mis amigas y mi esposo estaban contados en un lugar esperándome, me acerqué, el me abrazo y me dió un beso como comprendiendo como me sentía: había vuelto a dejar ir al amor de mi vida, por elegir la vida que forme junto a él... Lo cual me llenaba de melancolía por el amor y la felicidad que había representado ese otro hombre, pero al mismo tiempo se daba cuenta de la felicidad y la entrega que tenía hacia él y nuestros hijos.

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